DOLOR EN LAS RELACIONES SEXUALES

DOLOR EN LAS RELACIONES SEXUALES – DISPAREUNIA Y VAGINISMO

 

 

Lo primero que hay que tener en cuenta cuando hablamos de dolor asociado al sexo, y parece mentira que haya que remarcarlo, es que es REAL, existe y no es un dolor que te hayas inventado de la nada.

¿QUÉ ES LA DISPAREUNIA?

Se define dispareunia como el dolor abdominal, pélvico o vaginal asociado a la penetración; durante o inmediatamente después de ella. Puede darse de manera superficial o profunda. Si se da con imposibilidad de la penetración cursando con ansiedad se considera vaginismo.

¿QUÉ LO PROVOCA? ¿CUÁLES SON SUS CAUSAS?

Puede tener diversos orígenes o causas: hormonal como la atrofia vulvovaginal, síndrome genitourinario secundario a la menopausia, cándidas, herpes, dermatitis, infecciones, liquen escleroso, restricciones miofasciales, neuralgias, adherencias en el clítoris, postoperatorio, quimioterapia o radioterapia, trauma genital, MGF, endometriosis, postparto vaginal…incluso ser secundario a un diagnóstico psicológico de ansiedad o depresión.

El ciclo vicioso del dolor puede comenzar con una experiencia dolorosa (física o no) que provoca una posición de alarma e interpretación de peligrosidad hacia el sexo y que lleva al cuerpo a una hipervigilancia con todo lo que ocurra a nivel genital y que, finalmente protege con conductas de evitación en la penetración. A veces hay que sumar la falta de comprensión o presión por parte de la pareja. Todo esto conlleva a una contracción involuntaria (hipertonía) de la musculatura del suelo pélvico por protección y que desencadena una falta de lubricación (consecuencia de la activación del sistema nervioso simpático responsable de la respuesta de lucha y huida natural) que provoca que las relaciones sean dolorosas y hace que el círculo vuelva a comenzar.

Por tanto, hay que reformular el esquema, la visión y la percepción que se tiene de la zona de la vulva y la vagina.

¿QUÉ PUEDO HACER YO?

Para ello puedes hacer muchas cosas, pero lo primero de todo es tener paciencia, estar dispuesta, encontrarte bien y confiar en el proceso:

  • Escribe sobre ello, cómo te sientes, qué sientes…habla contigo misma, haz un ejercicio de introspección, háblate, date ánimos y sé amable contigo.  
  • Mírate al espejo, reconcíliate con tu cuerpo y conoce qué partes tiene. A veces hay que presentarse o reencontrarse y alejarnos de pensamientos de vergüenza y tabúes.
  • Infórmate de tu anatomía, lee, acude a talleres, charlas, vídeos…
  • Tócate, acaríciate, con las manos o con lo que quieras, tú sola o en compañía, pero siempre sin dolor. Siempre con las manos o cualquier objeto que uses limpios.
  • Hidrátate, no solo bebiendo agua, con aceites hidratantes en la zona vulvar al igual que lo harías con el resto del cuerpo. Es una buena forma de reducir la alerta y la sensibilidad, normalizando la sensación de tacto. Puedes hacerlo sola o en pareja, como te sientas segura.
  • Puedes utilizar vibración suave por la zona externa y en la zona de la entrada.
  • Habla con tu pareja sobre cómo te sientes y sobre qué necesitas, quizá tu fisioterapeuta te indique evitar temporalmente la penetración, por tanto, es necesario que se involucre con su apoyo, comprensión y paciencia para no generar más presión y darte tiempo que necesites para ti.  
  • Acude a tu fisioterapeuta especializada en suelo pélvico y fisiosexología.
  • Acude al psicólogo, muchas de estas patologías tienen un componente u origen psicológico importante que es imprescindible abordar y tratar.

¿QUÉ HAREMOS EN LA CONSULTA?

Lo primero que realizamos en la consulta es hablar, hablar y escucharte. Suele haber muchas dudas, prejuicios, tabúes, miedos, incertidumbre y desinformación. 

El tratamiento que nuestras fisioterapeutas ofrecen desde nuestra clínica es un trabajo holístico con radiofrecuencia, vibración, electroestimulación, propiocepción, dildos, ejercicios, terapia manual, trabajo de esquema corporal y conocimiento anatómico y de los procesos que se dan en el cuerpo durante las relaciones sexuales. 

 

PELVITAE TE AYUDA

Desde Pelvitae te ofrecemos nuestro servicio de fisioterapia especializada en suelo pélvico y fisiosexología de parte de nuestras fisioterapeutas y nuestro servicio de psicología con nuestra psicóloga. Ambas profesionales de manera conjunta y coordinada te ayudarán en el proceso para darte la mejor de las atenciones. 

 

 

Mayte Malo Moratilla

Fisioterapeuta especialista en suelo pélvico

Si quieres conocer más o tienes alguna duda al respecto, no dudes en ponerte en contacto con nosotras.

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MENOPAUSIA

MENOPAUSIA

¿Qué se define como menopausia?

Se define como el período de transición en la vida reproductiva de la mujer diagnosticada por una retirada de la menstruación de al menos 12 meses seguidos. Suele darse entre los 49 y 52 años.

¿Qué consecuencias podemos tener?

La llegada de la menopausia conlleva síntomas como fatiga, sofocos, sudores nocturnos, irritabilidad y/o cambios de humor. También hablamos del síndrome genitourinario como una serie de síntomas asociados al descenso de la síntesis natural de estrógenos que puede conllevar a:

  • Disminución de las mucosas urogenitales 
  • Aumento del pH vaginal→ mayor riesgo de infecciones 
  • Disminución de la elasticidad del tejido
  • Disminución de la lubricación → dispareunia (dolor en las relaciones sexuales)
  • Afectación del deseo y la excitación 

Además de que las alteraciones en la composición de los músculos del suelo pélvico afectan a su correcta función pudiendo dar cuadros de:

Con todo y al final, la menopausia se relaciona con estados de apatía, malestar emocional y a la pérdida de calidad de vida de quienes pasan por dichos síntomas.

Intervenciones terapéuticas en menopausia

Existen diversos tratamientos para combatir las posibles consecuencias de la menopausia. Desde medidas que intervienen en nuestro estilo de vida (alimentación, actividad física, sexual, etc.), como el uso de hidratantes y lubricantes vaginales, o incluso terapia hormonal. 

Desde nuestra clínica dependiendo del estádio de la paciente el tratamiento de fisioterapia se enfocará de una manera u otra. Trabajaremos de ser necesario junto con otros profesionales como psicóloga o nutricionista…o cualquier otra especialidad que proceda a derivar para tratar de manera multidisciplinar y siempre adaptados a las necesidades de la paciente.

¿En qué podemos ayudarte en Pelvitae?

Es importante comenzar con el tratamiento en sus primeros síntomas a fin de poder conseguir los mejores resultados.

En Pelvitae estamos especializadas en mujer y por tanto, os acompañamos a lo largo de toda vuestra vida y trataremos todas aquellas consecuencias que puedan surgir.

¿Qué podemos hacer por vosotras desde la fisioterapia?

  • Terapia manual.
  • Radiofrecuencia.
  • Ejercicio terapéutico.
  • Entrenamiento de la musculatura del suelo pélvico.
  • Pautas de higiene postural.
  • Readaptación al ejercicio y otras actividades.

 

 

Mayte Malo Moratilla

Fisioterapeuta especialista en suelo pélvico

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FISIOTERAPIA ONCOLÓGICA

FISIOTERAPIA ONCOLÓGICA

 

¿Qué es la fisioterapia oncológica?

La fisioterapia oncológica es la parte de la fisioterapia que se encarga de tratar las secuelas que aparecen tras la aplicación de los tratamientos dirigidos al cáncer.

Existen muchos tipos de tumores, con distintas localizaciones, y en todos ellos han de tratarse las secuelas derivadas de los tratamientos aplicados.

 

¿En qué podemos ayudarte en Pelvitae?

Como ya hemos señalado, han de tratarse siempre las secuelas de los tratamientos en todo tipo de cáncer.

En Pelvitae estamos especializadas en cáncer de mama y cánceres ginecológicos.

Un cáncer ginecológico es cualquiera que se origine en los órganos reproductores de la mujer: cáncer de cuello uterino, cáncer de ovario, cáncer de útero, cáncer de vagina y cáncer de vulva.

 

Tratamientos 

En su tratamiento pueden existir diversas vías de actuación, que dependerán del tipo, localización, estadio y otras variables a determinar por los y las especialistas que proceda.

Entre los tratamientos se encuentran: cirugías (mastectomía, linfadenectomía, histerectomía, etc.), quimioterapia, radioterapia, hormonoterapia, y todas estas terapias pueden aplicarse combinadas.

Dependiendo del tratamiento o tratamientos que se decidan aplicar, será aconsejable recibir fisioterapia previa al tratamiento, durante la aplicación del mismo, y/o una vez finalizado. El tratamiento aplicado desde la fisioterapia de adaptará al momento y a los objetivos que se quieran conseguir dependiendo también del mismo.

 

Secuelas de los tratamientos

Hemos de conocer las secuelas que pueden derivarse de los tratamientos recibidos citados anteriormente, ya que su incidencia es bastante alta, y se ha de recibir tratamiento para conseguir la mejor calidad de vida posible.

Entre las secuelas que puede haber, destacamos las siguientes:

  • Dolor (de diferentes características y localizaciones).
  • Disfunciones del suelo pélvico: Disfunciones sexuales (dolor a la penetración, sequedad vaginal, etc.), incontinencia urinaria, prolapso de órganos pélvicos.
  • Cicatrices: Molestias, tensiones, dolor, sensaciones de otro tipo como hormigueos, zona “dormida”, etc..
  • Linfedema: derivado de la extirpación de ganglios linfáticos.
  • Pérdida de movilidad y fuerza: como por ejemplo en el hombro, tras los tratamientos dirigidos al cáncer de mama.
  • Fatiga.

Todas estas secuelas deben tratarse, y pueden mejorar con nuestra ayuda y vuestro esfuerzo y constancia.

 

¿Qué podemos hacer por vosotras desde la fisioterapia?

  • Terapia manual.
  • Drenaje linfático manual.
  • Ejercicio terapéutico.
  • Pautas higiene postural.
  • Readaptación al ejercicio y otras actividades.
  • Radiofrecuencia (con permiso expreso del profesional responsable del proceso).

 

Sara Bejarano Pérez

Fisioterapeuta especialista en suelo pélvico

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TIPOS DE VIBRADORES Y USO

VIBRADORES Y SU USO EN FISIOTERAPIA ESPECIALIZADA EN SUELO PÉLVICO

 

En este artículo vamos a hablaros del uso terapéutico de los vibradores en el tratamiento de las disfunciones del suelo pélvico.

Dependiendo del objetivo que persigamos con el tratamiento, emplearemos una intensidad y patrón de vibración diferentes. Siempre dependiendo también de la paciente, y de sus características y sensibilidad.

Patrón de vibración:

  • Un patrón de vibración constante y continuo, de baja intensidad, relaja los músculos. De esta manera, podremos utilizarlo para tratar contracturas en la musculatura del suelo pélvico y en el tratamiento de cicatrices (episiotomía, cesárea), por ejemplo.
  • Por el contrario, un patrón de vibración alterno, que cambia de manera repentina, y de mayor intensidad, activa la musculatura. Podremos emplearlo así para estimular un suelo pélvico débil, o una vagina un poco más abierta o ensanchada (tras un parto vaginal, o por debilidad o distensión de los tejidos).

 

Funciones y beneficios de los vibradores:

  • Es importante conocer una función imprescindible de la vibración en fisioterapia especializada en suelo pélvico, que es la de mejorar la propiocepción del periné. Es decir, la capacidad que tiene nuestro cerebro de sentir esa parte de nuestro cuerpo. Para poder activarlo y relajarlo de manera voluntaria y controlada, hemos de ser capaces de sentirlo y localizarlo en nosotras mismas. Y en esto la vibración nos puede ser de gran ayuda.
  • También mejora la circulación, y de esa manera la lubricación, algo muy importante para tener un suelo pélvico sano y funcional.
  • Y, por supuesto, no podemos dejar a un lado el empleo de los vibradores para generar placer, dado que esto también es muy beneficioso para nuestro suelo pélvico. La excitación y, en tal caso, el orgasmo, provocan un aumento de la circulación, de la lubricación, y contracciones en la musculatura de la vagina (además de en otros grupos musculares). El vivir la sexualidad de una manera sana y plena es fundamental para la salud en general, y para la del suelo pélvico en particular.
  • Además, los vibradores son algo que, sabiendo cómo emplearlos (pautas que os demos en consulta), podemos utilizarlos en nuestro domicilio para dar continuidad al tratamiento.

 

Tipos de vibradores: 

Existen diferentes tipos de vibradores, y los elegiremos dependiendo del objetivo del tratamiento, y también de la paciente y el uso que le vaya a dar más allá del enfocado al tratamiento. Ya que podemos adaptar casi cualquier vibrador al tratamiento que vayamos a realizar, en el caso de ser necesario.

A grandes rasgos, distinguimos estos 3 grupos:

  • Vibradores externos: Como las balas vibradoras, o los succionadores de clítoris.
  • Vibradores internos: Pensados para introducirse, no siendo necesario. Pueden emplearse como uso externo.
  • Vibradores de estimulación externa e interna: Pensados para estimular el clítoris por vía externa, e introducirse en la vagina a la vez.

 

 

Sara Bejarano Pérez

Fisioterapeuta especialista en suelo pélvico

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¿QUÉ PUEDO HACER EN EL POSTPARTO?

¿QUÉ PUEDO HACER EN EL POSTPARTO?

 

Después de dar a luz, nos pueden surgir muchas dudas en lo que a la actividad física se refiere: qué podemos/debemos hacer, qué no podemos hacer, o cuánto tiempo hemos de esperar para realizar ciertas actividades.

Os contamos a continuación qué podemos hacer en el postparto inmediato, y qué podemos hacer en el tardío.

 

¿Qué puedo hacer en el postparto inmediato?

 

Durante los días siguientes al parto, os damos las siguientes recomendaciones:

  • Si existen cicatrices, lavarlas con agua y jabón y secarlas bien.
  • Movilizar suavemente las piernas para mejorar la circulación.
  • Controlar la postura manteniéndola en auto-elongación (os mostramos cómo se realiza en el post sobre el knack perineal).

Lo adecuado sería aprenderla e integrarla desde el embarazo, siendo lo ideal tenerla integrada antes previamente.

  • Si existe dolor pélvico, puede utilizarse un cinturón pélvico hasta los 3 meses.

Deberíamos acudir a una profesional para que pueda valorar por qué se está produciendo ese dolor, si es lo adecuado usar un cinturón pélvico y,  en el caso de que sí se necesite, que nos diga cómo y cuándo utilizarlo.

  • Ejercicios de contracción-relajación suave de la musculatura del suelo pélvico, para mejorar la circulación en la zona.
  • Ejercicios de respiración abdominal para ir activando el músculo transverso abdominal (el más profundo de nuestra musculatura abdominal), y así también la musculatura del suelo pélvico.
  • Knack perineal (tenemos un post en Instagram donde os explicamos qué es y cómo se realiza).

¿Qué puedo hacer en el postparto tardío?

Para asegurarnos de lo que podemos hacer y en qué momento podemos hacerlo, lo adecuado es acudir a que nos realice una valoración completa (suelo pélvico, abdomen, postura,…) una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico. 

Para que la valoración pueda realizarse de una manera correcta y fiable, hemos de dejar pasar un tiempo desde el día que hemos dado a luz: 6 semanas si ha sido un parto vaginal, y 10 semanas si ha sido una cesárea.

Existen problemas como la coccigodinia (dolor en el cóccix) que pueden aparecer en el postparto inmediato, y que sí pueden tratarse antes de que pasen esas semanas, pero habríamos de consultarlo con una profesional de ser el caso.

De esta manera, guiadas por una profesional, sabremos: cuál es nuestro estado, si necesitamos recibir tratamiento, qué actividades podemos realizar,  cuáles debemos adecuar, y para cuáles debemos esperar y cuánto, en tal caso.

Sara Bejarano Pérez

Fisioterapeuta especialista en suelo pélvico

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PROLAPSO DE ÓRGANOS PÉLVICOS

PROLAPSO DE ÓRGANOS PÉLVICOS

¿Qué es?

Existe un prolapso de órganos pélvicos (POP) cuando hay un descenso parcial o total de uno o varios de los órganos pélvicos a través de la vagina, fuera del lugar donde tiene que estar en la normalidad.

Los órganos pélvicos son: uretra, vejiga, útero, vagina, recto y ano.

    

 

¿Qué tipos/grados de prolapsos hay?

Generalmente se nombran por la primera estructura genital que se vea a la exploración vaginal, así podríamos distinguir:

  • Prolapso uterino o histerocele: Descenso del útero.
  • Colpocele: Descenso de la vagina, en su pared anterior o posterior.
  • Enterocele: Descenso de la porción superior de la pared vaginal.
  • Cistocele: Descenso de la vejiga.
  • Uretrocele: Descenso de la uretra.
  • Rectocele: Descenso del recto.

 

Esta sería la clasificación según el órgano que desciende por la vagina, y a continuación os describimos los grados de prolapso dependiendo de cuánto haya descendido dicho órgano u órganos por la vagina. 

En la clasificación de Badem-Walker se toma como referencia el borde externo de la vagina (introito vaginal), existiendo los siguientes grados:

  • Grado 1: Leve, no llega a introito.
  • Grado 2: Moderado, llega a introito (se aprecia en una exploración visual).
  • Grado 3: Severo, sobrepasa el introito.
  • Grado 4: Total, el órgano está completamente fuera de la vagina.

 

¿Cuál es su tratamiento?

Es importante conocer primero que el diagnóstico tiene que realizarse a través de una ecografía, y tiene que realizarlo una ginecóloga o ginecólogo.

De los 4 grados de prolapsos que existen, el grado 3 y el grado 4 son susceptibles de intervención quirúrgica. 

Los grados 1 y 2 no se intervienen, y han de tratarse con fisioterapia.

En los grados 1 y 2, el tratamiento de fisioterapia se realiza con el objetivo de que no empeore el grado y de que no genere síntomas (dolor, incontinencia,…), NO DE QUE SE REDUZCA POR COMPLETO. Hemos de tener claro que los prolapsos no remiten.

En el caso de que exista una intervención quirúrgica, para los grados 3 y 4, se debería recibir tratamiento de fisioterapia previo a la cirugía y posterior a la misma.

Es importante saber que los hábitos y ejercicios que aprendamos y realicemos durante el tratamiento, habremos de integrarlos en nuestra vida diaria, que serán de por vida.

Puede que hayáis escuchado también hablar de los pesarios, en cuanto al tratamiento de prolapsos se refiere. En otro post os contaremos qué son y en qué casos se utilizan.

 

 

Sara Bejarano Pérez

Fisioterapeuta especialista en suelo pélvico

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KNACK PERINEAL

KNACK PERINEAL

  • ¿Qué es?

El knack perineal es una contracción de la musculatura del suelo pélvico previa a incrementos de la presión intraabdominal, como son: toser, estornudar, saltar, coger peso,…

Dicha contracción ha de estar coordinada con la contracción del músculo transverso abdominal, han de trabajar en equipo. Si no lo hacen, el suelo pélvico puede recibir mucha presión y correr el riesgo de desarrollar una disfunción (incontinencia urinaria, dolor, prolapso de órganos pélvicos).

 

  • ¿Para qué sirve?

El objetivo de esta técnica es proteger a las estructuras del suelo pélvico, evitar el debilitamiento de la musculatura y la aparición de ciertas disfunciones como incontinencias o prolapsos; como hemos señalado antes.

El knack perineal debería estar automatizado de manera natural, pero existen diferentes motivos por los que ese automatismo se pierde (debilidad, malas posturas, sedentarismo, etc.). 

Por ello se debe hacer un entrenamiento adecuado para la correcta contracción de toda la musculatura citada.

Y si existiese ya una disfunción, realizarlo de manera voluntaria cuando se dan estos aumentos de presión en nuestra vida diaria, hasta que llegue el momento en el que se automatice.

 

  • ¿Cómo se hace?
  1. Postura: Hay que realizar una autoelongación. Esto es muy importante ya que tendemos a hacer lo contrario y, ante un estornudo o una tos, nos encogemos, algo que es contraproducente. Para adoptar esta postura hemos de imaginar que hay una cuerdecita que sale de nuestra coronilla hacia el techo, que nos estira hacia el mismo todo el tiempo, y mantenernos ahí.
  2. Colocar la pelvis en posición neutra: Ni hacia delante, ni hacia detrás. A esto ayuda mucho el colocarse en posición de autoelongación y no bloqueando las rodillas.
  3. Contracción fuerte y rápida de la musculatura del suelo pélvico. Una vez que la tenemos localizada y sabemos sentirla, hemos de imaginar que tenemos un guisante en el borde de la vagina y/o del ano, y queremos introducirlo hacia dentro. Nunca se debe empujar, la contracción ha de ser con el objetivo de cerrar los orificios vaginal y anal, y elevar hacia dentro de mí.

 

Sara Bejarano Pérez

Fisioterapeuta especialista en suelo pélvico

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CICATRIZ CESAREA

CÓMO TRATAR LA CICATRIZA DE LA CESÁREA

¿CÓMO TRATAR LA CICATRIZ DE LA CESÁREA?

 

Lo primero y más importante que hemos de saber, es que la fisioterapeuta especializada en suelo pélvico es la encargada de realizar el correcto tratamiento de la cicatriz de la cesárea una vez haya cerrado la herida.

En el caso de la cesárea, la valoración completa (no sólo de la cicatriz) ha de realizarse pasadas 10 semanas, y en la misma se pautará la rehabilitación de fisioterapia especializada en suelo pélvico, así como el tratamiento de la cicatriz.

Una vez aclarado que siempre es bueno ponerse en manos de una profesional, pasaremos a contaros qué podemos hacer en casa con la cicatriz, una vez haya cerrado la herida. 

 

Tratamiento en domicilio

1. Mira y toca tu cicatriz.

Es importante observarla, tomar conciencia de su existencia, observar cuál es su tamaño, color, etc. Así nos resultarán más fáciles los siguientes pasos. 

El primer paso siempre es conocerse.

Una vez observada, vamos a tocarla. Es una zona sensible, así que si no podemos hacerlo en seco en un primer momento, podemos aprovechar el momento de la ducha para hacerlo con agua y jabón, por ejemplo. Despacito y con cuidado vamos tomando contacto con ella.

Una vez que hayamos hecho esto y podamos palparla despacito y sin problema, pasaremos a movilizarla.

 

2. Moviliza los tejidos.

Describimos a continuación técnicas para movilizar la cicatriz. Pueden resultar molestas, ya que es una herida que acaba de cerrarse y es sensible, pero no debemos provocarnos dolor.

  • Coloca los dedos pulgares a ambos lados de la cicatriz, más o menos a un centímetro de ella, y muévelos paralelos a la misma en sentido contrario. Profundizando un poquito, intentando movilizar el tejido.

 

  • Coloca los dedos pulgares (si no te resulta fácil así, puedes intentarlo con los dedos que más cómodo te resulte) más o menos a un centímetro de la cicatriz, esta vez en perpendicular a la misma, enfrentados pero en diferentes alturas. De tal manera que el deslizamiento del tejido sea en zig zag.

 

 

Tratamiento en clínica

Las técnicas anteriormente descritas para realizar en casa, también las empleamos nosotras en clínica para el tratamiento de las cicatrices.

Pero os vamos a contar también qué otras herramientas empleamos además en el tratamiento de las cicatrices.

 

  • Ventosas: Existen diferentes tipos de ventosas, y las empleamos para “despegar” los tejidos cicatriciales y próximos a la cicatriz. Ayuda por tanto a evitar las adherencias entre los tejidos.

 

 

 

 

 

 

  • Radiofrecuencia: Como bien explicamos en el post dedicado a la misma, la diatermia por radiofrecuencia se emplea en el tratamiento de las cicatrices, obteniendo muy buenos resultados.

  • Punción seca: Podemos utilizar agujas de punción seca también para movilizar los tejidos cicatriciales.
  • Fibrolísis percutánea: Lo que se conoce como ganchos, también se emplean para el tratamiento. 

  • Vendaje neuromuscular: alivia las molestias y ayuda también a liberar los tejidos.

 

 

Si tienes cualquier duda, ¡no dudes en preguntarnos!

 

SARA BEJARANO Y MARTA GUTIÉRREZ  Fisioterapeutas especialistas en suelo pélvico.

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BIOFEEDBACK

BIOFEEDBACK

 

¿Qué es?

La biorretroalimentación o biofeedback es una técnica que nos permite controlar las funciones fisiológicas del cuerpo humano. Se emplea un sistema de retroalimentación para informar a la persona de cuál es el estado de la función que se desee controlar de forma voluntaria.

Es decir, es una manera que tenemos de saber, a través de diferentes aparatos y vías, en qué estado está una función de nuestro organismo en ese momento.

Tiene muchos usos, pero vamos a centrarnos en el que le damos nosotras en el tratamiento del suelo pélvico.

 

¿Cómo lo utilizamos en fisioterapia especializada en suelo pélvico?

Emplearemos diversos dispositivos con el fin de registrar la actividad de la musculatura que deseemos.

A través, de estos dispositivos podremos ver y ser conscientes del grado de contracción muscular que existe en la musculatura elegida: tanto en la del suelo pélvico como en la musculatura abdominal, que también es de gran interés.

Esto ayuda a la fisioterapeuta a conocer la activación muscular, para  diseñar y/o modificar el tratamiento aplicado; y a la paciente a incrementar su conciencia corporal, pudiendo modificar y aprender a controlar esa contracción muscular de forma voluntaria.

Hablando más coloquialmente para que lo entendamos todos:

Con estos aparatos e incluso con nuestras manos o nuestros ojos podemos saber si los músculos están tensionados o al contrario no se activan nada. 

Nos pasa muchísimo en consulta, que viene nuestra paciente muy frustrada porque está haciendo los ejercicios Kegel todos los días y no nota mejoría. Lo primero que hacemos en la consulta es poner un espejo o nuestra mano o el aparatito y le mandamos contraer el suelo pélvico. Nuestra paciente cree que está haciendo una contracción muy buena. Pero pasa todo lo contrario, ella con su cerebro manda la orden de contraer el suelo pélvico y nosotras junto con la paciente comprobamos viendo o palpando que no es capaz de activarlo. Esto puede deberse a múltiples causas pero las más comunes son un exceso de debilidad postparto o por falta de conocimiento y práctica de esta zona tan tabú.

 

¿Qué dispositivos tenemos para trabajar con biofeedback?

Ya os hemos explicado que podemos considerar biofeedback a cualquier cosa que nos permita saber cómo está nuestro músculo en un momento determinado, por eso os vamos a explicar todos los que utilizamos en consulta, hasta los más sencillos: 

  • Visual o Manual: con un espejo o con nuestra mano podemos ver y  sentir la activación del suelo pélvico, la pega es que no se puede medir. No podemos decir a otro profesional cuánta fuerza es capaz de realizar una paciente con su suelo pélvico de forma precisa.

 

  • Ecografía: también podría usarse como un biofeedback. La paciente puede ver como se activan sus músculos en la pantalla del ecógrafo con la guía del fisioterapeuta. Con este aparato, sí que se puede medir con precisión la mejoría midiendo el grosor de la musculatura, pero no podríamos medir la fuerza que realiza la paciente con esa musculatura.

  • Electromiografía: Es un dispositivo que registra la actividad eléctrica de la musculatura a través de unos electrodos. 

Existen electrodos extracavitarios, que se colocan sobre la piel (en la zona del periné, en la zona abdominal,…); e intracavitarios, que se colocan a través de una sonda intravaginal o intraanal.

Con este dispositivo sí que podemos cuantificar de forma más precisa la fuerza en forma  de energía que genera la musculatura y ver la evolución.

  • Sonda de presión: Registra la actividad de la musculatura a través de la presión que genera la misma contra la sonda.

Existen diversos dispositivos: Perifit, Emy, EPI NO, etc. 

Es interesante tener en cuenta con las sondas de presión que registran la presión ejercida sobre ellas, tanto de la musculatura como de, por ejemplo, presión que ejerzamos a través de aumentos de la presión intraabdominal (“empujar”, por ejemplo). 

Con estas sondas, podemos cuantificar la fuerza (con menor precisión) y ver una evolución más clara.

 

 

Siempre recomendamos acudir a un profesional especializado antes de comprar cualquier aparato de forma innecesaria. Porque a veces con unas pautas, una visión clara y una palpación de la zona de forma consciente es más que suficiente para mejorar. Y de esta manera, no hace falta invertir en tantos aparatos, que a veces acabamos por no utilizar.

 

Si tienes cualquier duda, ¡no dudes en preguntarnos!

 

SARA BEJARANO Y MARTA GUTIÉRREZ  Fisioterapeutas especialistas en suelo pélvico.

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¿ QUE ES LA DIATERMIA?

DIATERMIA

 

¿Qué es?

La diatermia por radiofrecuencia es una técnica de electroterapia por contacto que, a través de la emisión de ondas de radio, produce movimiento de electrolitos del tejido a nivel celular y hace que se genere temperatura endógena: produce un calentamiento interno del tejido.

La respuesta endógena del tejido dependerá de la cantidad de movimiento electrolítico que se genere en el mismo. Así, dependiendo de la dosis que apliquemos, se generará un efecto sobre la microcirculación (atermia), un efecto vasodilatador (temperatura), o un mayor aumento de temperatura (hipertermia).

Dichos efectos podrán generar en el tejido: una acción antiinflamatoria, reducción del dolor, mejora del edema, mejora del trofismo y tono muscular, mejora de la rigidez articular, etc. El efecto generado dependerá, como ya hemos dicho, de la dosis y parámetros elegidos, que serán los necesarios para conseguir el objetivo u objetivos que nos planteemos dependiendo de la patología.

Para que lo entendamos de forma sencilla: colocamos un electrodo en nuestras manos cuando realizamos una terapia manual, por ejemplo manipular una cicatriz de cesárea con adherencias y dolor. Nuestra paciente sentirá un calor muy agradable y una disminución del dolor y la sensibilidad. Será una terapia más soportable y mejorará su cicatriz más rápido por el efecto de la diatermia.

 

¿Para qué se utiliza en fisioterapia?

En fisioterapia se usa  para tratar de la manera más completa diversas patologías combinando la terapia manual, la tecnología y el movimiento. De esta manera, se optimiza el tratamiento manual, reduciendo los tiempos de recuperación y obteniendo con mayor rapidez resultados en lo referente al dolor y la inflamación. 

 

Indicaciones en fisioterapia

Se utiliza para mejorar: Roturas fibrilares, contracturas musculares, tendinosis, esguinces, cicatrices, artritis, artrosis, problemas circulatorios, adherencias, fibrosis, etc.

 

Contraindicaciones

Absolutas: Marcapasos, cáncer o metástasis, embarazo.

Relativas: Pacientes con medicación vasodilatadora o anticoagulante, infecciones, varices, flebitis, tromboflebitis, diabetes, trastornos de la sensibilidad.

 

¿Para qué la empleamos en fisioterapia pelviperineal?

Centrándonos en los problemas del suelo pélvico, dado que es una muy buena terapia para recuperar el trofismo y elasticidad de los tejidos, está indicada en el tratamiento de muchos de ellos: tratamiento de cicatrices (episiotomía, cesárea), atrofia vaginal, dolor en las relaciones sexuales, incontinencia urinaria, tratamiento de adherencias, recuperación postparto, etc.

Puede aplicarse con electrodos superficiales o intracavitarios, dependiendo de las posibilidades que existan y del objetivo que queramos conseguir.

 

 

 

Si tienes cualquier duda, ¡no dudes en preguntarnos!

 

SARA BEJARANO Fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, osteopatía y profesora de Pilates.

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